La Malvenida

Esta breve e intensa novela, que nos transporta a la Francia rural de principios de siglo XX, se considera generalmente la obra maestra de Seignolle. En una granja donde la vida se resume en las duras labores del campo, una muchacha cuya belleza y cuyos deseos están fuera de lo común impone a todos los que se le acercan su poder hechizante. La sensualidad que acompaña a cada uno de sus gestos transtorna al mundo en que se mueve.

La región de la Sologne, país de humo y de silencio donde los fantasmas tienen tanta realidad como las personas, sirve de marco ambiguo a este relato gobernado por el miedo tanto como por el deseo. Sus habitantes, aunque sean de carne y hueso, no son menos inquietantes que los espectros que se supone que viven entre ellos. Las garras del tiempo no tienen poder sobre estos hombres. A sus ojos, sólo cuenta en el fondo la antigua ley de la tierra, ley pagana que el cristianismo no ha conseguido cambiar desde la noche de los tiempos. Es esta ley no escrita, presente sin embargo hasta en el menor recodo de la vida, la que confiere a esta novela su violencia y su fuerza turbadora.